MONUMENTAL ENFADO DE HITLER ANTE LA HUMILLACIÓN DEL TRIUNFO DE LA SELECCIÓN DE FÚTBOL PERUANA, QUE DEMOSTRÓ QUE LOS NAZIS NO ERAN SUPERIORES
* La humilde selección peruana, compuesta por mestizos
quechuas, mulatos y negros, hicieron morder el polvo de la humillación en su
propio país al mismísimo Hitler, donde Perú gano 4 a 2 a la selección de
Austria, demostrando que los nazis no eran superiores. El arbitro anulo tres
goles, sino la vergüenza hubiera sido mayor.
** Perú que ahora va al mundial de Rusia 2018, tuvo el coraje de enfrentarse con dignidad no
solamente a la selección austríaca apoyada por Hitler sino a todo su sistema
nazi, produce admiración y al mismo tiempo un escalofrío al enterarse uno de
las atrocidades con el tema racial.
*** Los dirigentes nazis se dieron cuenta que el fútbol
movía masas, y que era una buena manera de distraer a la población mientras
ellos realizaban masivas matanzas más conocido como holocausto, pero les salió
el tiro por la culata, con el fútbol se demostró que no eran superiores.
01/06/2018
Ese agosto de 1936, la selección peruana compuesta por mestizos
quechuas, mulatos y negros le hicieron morder el polvo de la humillación en su
propio país al mismísimo Adolfo Hitler quien regó de sangre el mundo
propugnando la superioridad de la raza aria.
El deporte y especialmente el fútbol, considerado el más
popular del mundo, tiene un inmenso poder en geopolítica y en realidad
constituye otro campo de batalla por el dominio del planeta. Adolf Hitler
organizó a instancias de su ministro de Propaganda, Joseph Goebbels los Juegos
Olímpicos de Verano 1936 en Berlín para mostrar la superioridad del 'hombre
ario' y del sistema nazi, ordenando al mismo tiempo a los medios de
comunicación hacer para que "el criterio racial pasara completamente
inadvertido en la información". Sin embargo, nunca le pasó por la cabeza
que el equipo de fútbol de Alemania fuera eliminado y que la selección del país
donde nació, Austria sería derrotada por Perú, un país tan insignificante para
Hitler quien planificaba que aquella nación de 'morochos incas' iba a ser
absorbida por Chile y Argentina después de que Alemania se apoderase de
Suramérica.
La vida da sorpresas y así la selección peruana, que venía
de ganarle el día anterior por 7 a 3 a Finlandia, donde se destacaba El Rodillo
Negro, apodo de la delantera negra goleadora formada por José María Lavalle,
Adolfo 'Bólido' Magallanes, Teodoro 'Lolo' Fernández (el más grande goleador de
la historia futbolística peruana), Alejandro 'Manguera' Villanueva y José
'Cholo' Morales, hizo lo que parecía imposible para el régimen nazi, ganarle
por 4 a 2 a Austria a pesar de que el
árbitro, Thoralf Kristiansen para no disgustar al führer anuló tres goles
peruanos.
Los peruanos sueñan con recuperar algún día la filmación de
aquel épico encuentro donde Hitler estaba observando el partido desde el palco
y acompañado por los tenebrosos Joseph Goebbels, Herman Göring, Rudolf Hess y
Martin Borman en un sitial de privilegio del estadio Hertha-BSC-Platz de Berlín
y, dicen las crónicas de entonces que se veía su no disimulado descontento y
que mostraba su cara contrariada con los
ojos que se le saltaban.
Según los testigos y las declaraciones posteriores de los
participantes peruanos, los futbolistas 'incas' tuvieron que asimilar la
brutalidad de sus rivales desde el comienzo del encuentro, así como la
imparcialidad demasiado evidente del árbitro Kristiansen que apoyó abiertamente
al equipo austríaco. Los rivales de los peruanos jugaron recio y brutal usando
manos y piernas, de tal manera que Jorge 'Campolo' Alcalde fue privado del
conocimiento por un golpe alemán, Juanito Delgado quedó tendido en el suelo y 'Lolo' Fernández
tenía hemorragia nasal.
Tal fue la situación que antes de iniciarse el tiempo
complementario, el presidente de la delegación rojiblanca, Claudio Martínez
aconsejó a su equipo "repeler de la misma forma que lo estaban haciendo
los jugadores de Austria" y el entrenador peruano Alberto Denegri exhortó
a los futbolistas a jugar de tal forma que pronunció: "Si quieren fútbol,
fútbol tendrán; si quieren masacre, masacre tendrán; si quieren golpes, golpes
tendrán. Los peruanos somos tan hombres como los hombres en cualquier
país". Y los rojiblancos respondieron y ganaron por 4 a 2, pero hubo un
reclamo de Austria indicando que en el segundo tiempo extra los aficionados
peruanos habían invadido el campo de juego e impidieron a jugar a los
austríacos.
Los dirigentes de la FIFA (Federación Internacional de
Fútbol Asociación) y el COI Comité Olímpico Internacional convocaron esa misma
noche a un tribunal de la FIFA integrado exclusivamente por los europeos, los
que dictaminaron anular el partido y ordenaron un nuevo encuentro entre Austria
y Perú que debía jugarse nuevamente dos días después y sin público. Aquella
decisión indudablemente tendía a favorecer al equipo perdedor. Ante esta
situación el presidente de la delegación, Claudio Martínez consultó con las
autoridades peruanas y con el presidente de la república, general Oscar R.
Benavides quien ordenó el retiro inmediato de la delegación de los Juegos
Olímpicos para no consagrar una injusticia.
En señal de protesta contra estas acciones de la FIFA y del
COI, la delegación colombiana también abandonó Alemania. Las selecciones de
Argentina, Chile, Uruguay y México expresaron su solidaridad con Perú. De no
haber sido anulado el encuentro con Austria, Perú debía jugar el tercer partido
contra Polonia y una victoria le hubiera abierto el camino a las finales y tal
vez al triunfo, algo que los europeos miraban con recelo e inquietud debido a
la gran impresión que dejó el equipo peruano en su primera actuación con
Finlandia.
Aquella hazaña de la selección peruana en Berlín se
convirtió con el pasar del tiempo en una leyenda que ha tenido también
detractores comenzando con el árbitro noruego Thoralf Kristiansen que
"sancionaba a cada rato los 'fauls' peruanos y ninguno de los austríacos.
Inclusive cobraba tiros libres a favor de Austria ante las protestas
peruanas". Después resultó que el árbitro fue amenazado por uno de los
asistentes del ministro de Propaganda, Goebbels quien ya entonces organizó
entre los medios que se propagara la versión indicando que una "reducida
invasión de los hinchas peruanos con un revólver, palos y bastones de metal que
habían maltratado a los austríacos y les habían impedido a jugar".
Después de la llegada de Hitler al poder en 1933, se
establecieron inmediatamente en Alemania los campos de concentración para los
judíos y los rumanos. Más de 800 de los últimos fueron arrestados en vísperas
de los Juegos Olímpicos. Precisamente en este período, Alemania empezó a
prepararse para la guerra y en marzo de 1936 Hitler ordenó a sus tropas ocupar
la Renania, una región colindante con las fronteras orientales francesas.
En el deporte alemán se impuso el racismo en 1933 y se
prohibió participar en las actividades deportivas a los alemanes que no eran de
raza 'aria'. Los líderes del Comité Olímpico y de la FIFA lo sabían
perfectamente e inclusive apoyaban el racismo alemán. Entre los casos más
resaltantes fue la prohibición de participar a la famosa atleta judía alemana
Gretel Bergman. El presidente del COI, Pierre de Coubertin subrayó en uno de
sus discursos que "los Juegos Olímpicos fueron iluminados por la fuerza y
disciplina de Hitler… que era uno de los más grandes constructores del mundo
moderno".
Solamente pensar que el equipo de fútbol de un pequeño país
latinoamericano, como Perú tuviera el coraje de enfrentarse con dignidad no
solamente a la selección austríaca apoyada por Hitler sino a todo su sistema
nazi, produce admiración y al mismo tiempo un escalofrío al enterarse uno de
las atrocidades que cometieron los millones de tropas alemanas durante la
Segunda Guerra Mundial. Los peruanos Juan Valdivieso, Arturo Fernández, Víctor
Lavalle, Carlos Tovar, Segundo 'Titina' Castillo, Orestes Jordán, Adelfo
Magallanes, Jorge 'Campolo' Alcalde, Teodoro 'Lolo' Fernández, Alejandro
'Manguera' Villanueva y José Morales no se aminoraron y desafiaron no solamente
a los austríacos sino al Estado nazi y a su fuhrer. Este atrevimiento convirtió
a los rojiblancos en héroes mitológicos
que nadie tiene derecho a destruir.
El escritor uruguayo Eduardo Galeano, gran amante del
fútbol, al conocer esta historia dejó un mensaje que hace pensar mucho:
"Puede parecer una pequeña historia pero creo tiene mucho que ver con las
diversas dimensiones que tiene el fútbol, que es a veces una fuente de dignidad
colectiva. Esto tendría que enseñarse en las escuelas: Saben una cosa, niños,
nosotros pertenecemos a un país que humilló a Hitler. ¿No sería lindo empezar
una clase así?".
En los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, aparecieron los
peruanos para enfrentar a la Austria natal de Hitler, él se encontraba en los palcos
disfrutando del partido. En ese entonces se jugaba desde Octavos de final y ahí
fue donde Perú increíblemente ganó 4-2 con tres goles anulados por miedo del
árbitro al Fuhrer, los bailaron gacho.
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